
El Hospital Traumatológico de Concepción (HTC) dio un paso significativo en la mejora del tratamiento del dolor, al convertirse en el primer hospital de Chile en instalar el dispositivo más avanzado y sofisticado para tratar esta patología. Se trata de un neuroestimulador del ganglio de la raíz dorsal, implantable, diseñado específicamente para el tratamiento del dolor crónico neuropático. Esta innovadora tecnología promete transformar la experiencia de los pacientes que sufren de dolor crónico, proporcionando un alivio más efectivo y duradero.
El dispositivo ha sido diseñado con la última tecnología médica para ofrecer un tratamiento personalizado y preciso. A diferencia de las terapias convencionales, este aparato utiliza estimulación eléctrica específica para atacar directamente el mecanismo por el que el dolor se conduce hacia la médula y el cerebro, mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes. “Lo que hace es que inhibe eléctricamente la conducción de la información dolorosa hacia la médula espinal y el cerebro. A través de unos electrodos que se instalan en la médula espinal, los que van conectados a un marcapasos que se pone bajo la piel. Este marcapasos se conecta vía bluetooth a un teléfono celular, programado exclusivamente para esto, donde el paciente tiene varios programas de analgesia, los cuales puede ir cambiando, hasta encontrar uno que le proporcione alivio”, explica Germán Acuña, médico anestesiólogo del HTC, encargado de realizar el procedimiento que, en esta primera etapa, contó, además, con el acompañamiento del neurocirujano argentino Fabián Piedemonti, médico con reconocida experiencia en esta técnica.
Dr. German Acuña
Acuña, especialista en manejo del dolor, agrega que el dispositivo está destinado a pacientes que no han respondido adecuadamente a otras terapias y que deben cumplir ciertos criterios específicos. “Esta paciente, ha sido evaluada por todo el equipo de alivio del dolor del HTC: traumatólogos, anestesistas, fisiatras, psicólogos, etc. Son personas que a pesar de los esfuerzos que hemos hecho, ya sea a través de la terapia farmacológica, bloqueos nerviosos o terapias intervencionistas, no cubren su requerimiento de alivio del dolor”. Acuña señala que se trata de casos cuyo dolor es tan severo que se convierte en una discapacidad, ya que no les permite realizar actividades de la vida cotidiana. “En su mayoría, se trata de pacientes con enfermedad de Sudeck (Síndrome de Dolor Regional Complejo) o Síndrome de Dolor Espinal Persistente (lumbago en paciente operado de columna) que, dada la gravedad de su enfermedad, muchas veces ya no pueden caminar, no se pueden vestir, no pueden trabajar”, precisó.
Por su parte, el director del hospital, Edwin Ñanco, dijo sentirse orgulloso de que el HTC sea pionero en la implementación de esta tecnología. «Ser el primer establecimiento que instala este dispositivo en Chile, marca un hito para nosotros como hospital y también para el tratamiento de pacientes que sufren del dolor neuropático crónico. Además, reafirma nuestro compromiso con la excelencia y la innovación en la atención médica, enfocada siempre en mejorar la salud y calidad de vida de nuestros pacientes”, destacó.
Desde el punto de vista financiero, el director informó que “La instalación de este nuevo dispositivo, tuvo un costo total superior a los $33 millones de pesos. Esperamos durante el año dar cobertura a más personas, que puedan ver mejorada su calidad de vida, gracias a esta tecnología”, señaló.
Por su parte, el subdirector médico del HTC, Álvaro Romero, destacó el desarrollo de las terapias para manejo del dolor en el hospital. “Muchos de los pacientes que se atienden por temas traumatológicos quedan con un dolor crónico, secuelados de algún traumatismo, por eso como hospital nos hemos preocupado de buscar alternativas que ayuden a estas personas. Específicamente, contamos con el equipo de alivio del dolor, compuesto por diferentes profesionales quienes desarrollan su trabajo en dos ámbitos: la fisiatría, donde se realizan infiltraciones, administración de medicamentos, etc., y el intervencionismo, que está a cargo de anestesistas, quienes realizan una variedad de prestaciones, como crioablación, ablación por radiofrecuencia, uso de toxina botulínica, entre otras. Este neuroestimulador, viene a ofrecer otra opción de tratamiento, que nos posiciona a la vanguardia del manejo del dolor crónico intratable”.
El caso de Maribel
“Ahora puedo dormir dos horas, sin dolor”
La primera paciente que recibió el dispositivo fue Maribel Contreras, ella fue diagnosticada con Síndrome de Sudeck (Síndrome de Dolor Regional Complejo), en el brazo izquierdo. Hace, aproximadamente, tres años comenzó con fuerte dolor en el brazo, dice que producto del trabajo que le tocaba realizar en un supermercado, levantando cajas y reponiendo mercadería, recuerda el día en que se le cayó una caja en el brazo. “Ahí me enfermé, empecé a tener problemas en el manguito rotador, por la fuerza que hacía con las cajas, tenía dolor en mis manos y en el hombro. Ahí ya, empecé con los dolores y de repente la mano se me empezó a cerrar, fui perdiendo la fuerza y el movimiento”, relata.
Maribel cuenta lo complejo que ha sido sobrellevar esta enfermedad. “Es difícil decir, vivir con dolor. Levantarse y acostarse con el dolor. Yo era una persona súper inquieta, hacía mis cosas rapidito, ahora no puedo. No me puedo vestir, no me puedo bañar, eso también frustra, por eso me mandaron a la psicóloga, me dieron tratamiento para la depresión y animarme un poco más, para poder dormir, porque el dolor a uno no la deja dormir”.
El caso de Maribel
Un momento que Maribel recuerda especialmente, es cómo llegó al equipo de alivio del dolor del HTC. “Yo llevaba un tiempo viendo diferentes médicos por el problema de mi brazo, incluso vi uno particular, pero cuando les decía lo que me dolía, no me creían, me mandaban para un lado y otro, haciéndome sentir que yo estaba loca, que mi dolor era psicológico. Hasta que llegué acá, al Traumatológico y hablé con un médico, le conté lo que me pasaba y él me dijo “yo te creo, tranquila que aquí te vamos a ayudar”, yo me puse a llorar de emoción, porque sentí por primera vez que alguien me entendía.
Desde ese episodio han pasado tres años, tiempo en que ha recibo distintas alternativas de tratamiento para aliviar su patología, sin que estas den el resultado esperado. “Los médicos han sido un gran apoyo, los kinesiólogos, fisiatras, todos los que han estado conmigo, ayudándome a superar esto. Estuve con fármacos, para el dolor que funcionaban poco, después me pasaron a kinesiólogo para ayudarme a mover los dedos, también terapia ocupacional y después cuando vieron que no había mejora, el médico me hablo del implante”.
A una semana de haber recibido el implante, Maribel esta esperanzada en que su vida comenzará a mejorar. “Tengo toda la esperanza en esto. Hasta ahora sí he visto un cambio favorable en mí, así que ha sido genial porque del dolor que yo sentía antes, ha disminuido. Se nota el cambio, puedo mover un poco más la mano, ahora puedo decir que logro dormir unas dos horitas, así como tranquila, lo que antes no podía. Hay cosas que aún no puedo hacer, pero lo que sea para mí es un avance, es una alegría, vamos de a poquito”.
Primera paciente en Chile
Maribel fue la primera paciente en recibir este dispositivo, lo que para ella es un orgullo y se siente afortunada. “Estoy muy agradecida de la oportunidad que me dieron, darle las gracias al hospital y esperar que desde el gobierno otorguen más financiamiento a los hospitales públicos, porque, así como yo, hay muchas personas que esperan algo, una ayuda, que les alivie el dolor, para cambiar su vida, porque igual esto es complicado. En realidad, hay que sentirlo para entender, es difícil explicarlo, es un dolor insoportable, totalmente invalidante, hay que vivirlo para entenderlo. No se lo doy a nadie”.
Caso de Mirta Morales
Mirta Morales es otra paciente que sufre dolor crónico, vive en Hualqui y hace unos años fue diagnosticada con estenosis espinal. Ella cuenta que luego de una cirugía a la columna quedo con los nervios comprimidos, lo que le comenzó a generar dolor intenso, al punto de no poder realizar actividades de su vida habitual. “Acá en el hospital me operaron en abril de año pasado para tratar de ayudarme a disminuir el dolor, estuve bien hasta fines de mayo. En junio, el dolor aumentaba más, vine a control con el médico y le pedí que me diera algo porque no lo aguantaba. Probé con todo. Me pusieron unos parches, no me hicieron nada; después me mandaron al fisiatra, me dio otro tipo de medicamento, pregabalina con dolfin, que me hicieron muy poco efecto, después el fisiatra subió a tramadol de 100 más un paracetamol, tampoco me hacían nada”, detalla.
Mirta relata que, a pesar de los esfuerzos del equipo médico y de las distintas alternativas de tratamiento, el dolor no disminuía. “Era tanto mi dolor que me hacía llorar, me descomponía el genio, era intolerable. No podía hacer nada, no podía estar sentada porque parecía que me estaban sacando la columna. Yo era una mujer muy activa, iba al taller “Eslabones de Talentos”, en Chiguayante, pero tuve que dejarlo porque no podía subirme a un bus, no podía caminar. Mis hijos tenían que preocuparse de todo. Varias veces me quedaba en un rincón sola, llorando de dolor, de impotencia, porque realmente era muy fuerte”.
A principios de 2024, el equipo de alivio del dolor del HTC le efectuó varios procedimientos, buscando alternativas para ayudar a Mirta. “Me hicieron un bloqueo de las terminaciones nerviosas de la columna, después una infiltración, varias epidurólisis, sin obtener los resultados esperados. Hasta que tuve control con el doctor Acuña, donde me contó que existía la posibilidad de instalarme un dispositivo”, recuerda.
En el caso de Mirta, se le implantó un estimulador medular, que funciona de forma similar al de Maribel. “Lo que varía es el lugar donde se instalan los electrodos, en este caso, se colocan cerca de la médula espinal, pero el funcionamiento del dispositivo y los efectos esperados son muy parecidos”, explica el Dr. Acuña.
Al día siguiente de haberle instalado el dispositivo, Mirta ya notaba los efectos. “Hoy muevo mis piernas bien, no tengo dolor en mis piernas, no tengo dolor en mis caderas, puedo caminar, moverme. Estoy agradecida, muy agradecida porque me ayudaron mucho. Esta era la última alternativa para aliviar mi dolor y todo se ha dado muy bien. Solamente tengo palabras de agradecimiento, tanto al hospital como al equipo médico que hay aquí. Los Tens, enfermeras, las personas de sala, todas excelentes personas. Agradecer a mis hijos también, a mi familia, porque siempre me han apoyado y se preocupan de mí, de cuidarme”, señaló.